MI CEIBA Y YO
Vivió Su Infanta en la sala de mi casa en Santa Tecla.
Compré en el vivero. Creció y llevé a mi finca HELIPUERTO. En San Pedro
Nonualco siguió su desarrollo. Creció y podé a mi antojo. Quería una similar a
la que ví en el volcán de Santa Ana: Alta, muy alta para que diera cobija a los
pájaros, insectos, cafetal y la vista de humanos; la vi llena de pericos
buscando posada para pasar la noche; mientras yo conducía microbús a visitar
iglesias en el volcán de Santa Ana:Palo Campana, Mala Cara, Montañita. Calzontes
Arriba, Calzontes Abajo.
Mi CEIBA creció, mi mente voló en el recuerdo. 400 años le esperan; yo estaré muy lejos
viajando en alas de las estrellas en mi nuevo universo.
La Ceiba árbol divino de los mayas. Soy amigo de las ceibas
de El Salvador. La mas añeja que he conocido es la de METAPÁN, frente al
parque; la de Texistepeque que visité por ocho años en mis visitas en reunión
de pastores; Ceiba Chacha en el Lago de Coatepeque; ceiba Preñada calle antigua
a Santa Ana.